Nos peleamos en medio del sol, empujándonos y maloliente, cansados nos peleamos por estar adelante aún sabiendo que no van a vender nada.
Sí, somos miserables e infelices,, hemos perdido la vergüenza y la decencia se ha derramado en cada gota de sudor. Dejamos de vacilar, sobre todo cuando pasamos todo el día en la misma cola, cada día es más duro conseguir los alimentos que nos hace sentir una maldita mugre.
Pero nos queda el orgullo de ser venezolano y que reímos en la penuria.
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Hogareña
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