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ROMPO EL SILENCIO SIN CULPAR NI JUZGAR A NADIE...
Mientras se planea que hacer por el país, nosotras las
madres venezolanas no las ingeniamos para sobrevivir para el siguiente día y
mantener con vida nuestros hijos. Con mucho sacrificio, a veces, con indolencia
nos apresuramos para hacer los quehaceres cotidianos para luego, hacer la nueva
tarea en contra nuestra que nos fue impuesta por un grupo de gente que se creen
dios, pues así como les digo, salimos corriendo de prisa para meternos en las
colas bajo el sol o la lluvia para adquirir un producto alimenticio para
nuestros hijos, y peor aún las ganas de gritar y hundirnos bajo tierra y con el
corazón partido nos queda cuando nos dicen que se acabó el producto después de
haber pasado horas y horas en la cola asustadísima y con la adrenalina a millón
vigilante para que nadie se colee o que algún joven desorientado nos roben. Son
largas horas que dejamos de dedicarle tiempo a nuestro hogar y nuestra familia,
y dolor de saber que nuestros hijos también pasan la misma inclemencia haciendo
cola porque no tenemos con quien dejarlos, y más deprimente cuando observan
discutir por cualquier cosa, y más dolor me da cuando escuchan las tremendas groserías
de algunos enfurecidos que pierden la paciencia y el mismo dolor que yo misma
siento.
Y así mismo lo siento ahora, es la impotencia y la cólera que está colmando mi alma al no poder darle un vaso de leche a mi pequeño hijo que no tiene la culpa de nada, la inocencia de su exigencia de su alimento me provoca salir a la calle y buscar un no se qué, pero quien me escucharía, quien pudiera atender mis clamores, muchas veces pierdo la fe en Dios quien tampoco tiene la culpa de nada, quien pudiera hacer justicia, mis fuerzas de desvanece y el consuelo se desgasta poco a poco, sol o el rayito de una luz me mantiene esperanzada quizás sea los rostros inocentes de mis hijitos, la objetividad de mi esposo, los consejos de mi madre o de muchos venezolanos y gente de otros países, que cada día luchan por su país y medo y cuenta que no estoy sola en esta lucha sin armas.
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