Al mediodía atareada de tanto barrer lavar platos, limpiar cuadros y regar el jardín me olvido de peinarme el cabello y ponerme un poco de pintura en los labios. Y ya en el atardecer cuando el cansancio golpea mi espalda, sin menospreciar me relajo en lo que más me gusta, un poco de agua fresca, quizás, sentada en cualquier silla de las docenas que se encuentra en el corredor, al frente de un pedazo de papel y un lápiz bien afilado me inspiro en la ventura de la imaginación mientras los niños corren, saltan y hasta me halan por el vestido.
lunes, 6 de enero de 2014
MIS SUEÑOS NO SON LOS TUYOS
Al mediodía atareada de tanto barrer lavar platos, limpiar cuadros y regar el jardín me olvido de peinarme el cabello y ponerme un poco de pintura en los labios. Y ya en el atardecer cuando el cansancio golpea mi espalda, sin menospreciar me relajo en lo que más me gusta, un poco de agua fresca, quizás, sentada en cualquier silla de las docenas que se encuentra en el corredor, al frente de un pedazo de papel y un lápiz bien afilado me inspiro en la ventura de la imaginación mientras los niños corren, saltan y hasta me halan por el vestido.
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