Los niños sucios de mango corretean por el corredor detrás de las gallinas. Doña María comienza a preparar el almuerzo. Un inmenso canarín de carne picada con aliños y algo de verduras.
Los peones regresan a caballo del inmenso sol que está fuerte. El cielo está despejado y el sol pega fuerte. El ganado está sombreando bajo ceibas en medio de la sabana, todos errados, con números y nombre bautizados por el patrón,
La mesa está puesta, con una botella de picante y crema de leche, la pila de platos y cubiertos en un vaso,
Los hombres se acercan uno a uno, a la mesa. Y la niña de la casa se sobre salta al escuchar la voz del hijo del capataz, llamado Juan.
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