Comencé a realizar mis gestiones para sacar el pasaporte y mi idea principal era irme a Brasil, Ecuador o España, y realizando la gestión y sin conocimientos de lo que hacía una chica me estafó y sola me encontraba, y sin ayuda de nadie salí de esa penuria.
No es fácil estar solo sin ayuda e nadie, sin que nadie te apoye y extienda una mano amiga, pero eso con el poco tiempo me hizo muy fuerte. A la chica a denuncié y por lo menos ya no estafa a nadie más.
Desde ese momento nadie más se burló de mí, nunca más. Desde ese entonces no dejé que mi ex esposo se burlara e mí y me olvidé totalmente de él aunque seguíamos viviendo en el mismo techo. Comencé a trabajar más fuerte y complementar las horas libres con más trabajo. Seguía trabajando.
No fue fácil salir de ese hoyo oscuro en la que estaba sumergida. En eso transcurrió tres años de despecho que no dejaba de llorar por mi ex esposo, deseando que regresara a mis brazos y me amara con la misma intensidad del primer día pero nunca regresó, ya todo había terminado. Estaba fuera de una relación tóxica pero aun así quería regresar, porque a veces, el estar aparentemente bien pareciera mejor que estar libre de una mala relación.
Y la verdad es que cuando no te valoran y no te dan el puesto que te merece en la relación, pues es que nunca ese hombre te amo y nunca te amará, es decir, siempre decimos; lo haré cambiar, pronto se enamorará de mí, esperaré un poco más, fue una vez que lo que hizo y la próxima lo hará diferente y pues resulta que ese hombre jamás cambia.
Ya era diferente, lo sentí en mi cuerpo, en mi sangre, en mi respiración y en todo en mi cuerpo y pensamiento. Por fin cerré ese capituló de mi vida que tanto me resistí pasar la página.
Desde ese instante empecé escribir y competir en cuentos y volví a ser la misma de antes, la mujer que escribía y seleccionaban cuentos para formar antologías, ya la pandemia estaba en marcha.
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