Trabajo como docente con un sueldo que no alcanza ni para comer tres día. Mirando a mis colegas con lagrimas en sus ojos, llenos de impotencia de no poder hacer nada al cobrar en la quincena.
Yo con unas habitaciones alquiladas a estudiantes de medicina que cancelan la mensualidad cuando les da la gana, también con mi trabajo de costura en tiempo libre y en otros vendiendo ropa usada y objetos en la calle, pues, solo alcanza para cubrir la comida, pero para la ropa ni salud no llega a pagarla.
Dios que no se enferme un hijo.
Aún cuando el país está dolarizado y todos los comestibles entran en ese mismo estándar y que nos pagan en bolívares, cabe decir, que hay una gran diferencia egoísta y errática hacia el pueblo que agoniza por sobrevivir.
El dólar se mantiene y es una buena noticia cuando entramos el internet y vemos que solo aumenta poco y vuelve a bajar. ¡Ojalá siga así!
Aunque con el dólar estable por los momentos, pues, se sigue tratando de engañar el estómago a la hora de comer.
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