No es que no quiera escribir. Ya casi no participo en concursos de cuentos. Sólo estoy centrada en una historia que me quita el tiempo estipulado para escribir. Dos horas en la mañana, una hora en la noche. A veces me robo dos horas más y quizás en la tarde quince minutos. Pero aquí estoy.
Estoy sumamente preocupada por mi situación económica. Está peor que en diciembre, enero y febrero. Aunque sabía que sería así, pero no tan pronto. Ahora salgo a las colas para comprar productos de la cesta básica y el resultado es que no llega nada. Todos los comercios abarrotados de gente pero sin poder comprar nada, pues no llega mercancía.
Hoy sólo pude comprar verduras en una feria, salimos corriendo al abrir el local y muchas mujeres rodaron por el suelo. Por un momento sentí que me iba caer. El corazón se me quería salir de la boca.
¡Dios! estamos en una crisis humanitaria. Tenemos hambre, no hay medicinas y nos estamos matando unos a otros.
Escribe Hogareña
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