NADIE PIDE NACER

Si pidieramos nacer, estoy segura que ninguno desearía nacer en estas circunstancia que está el país y mucho menos en medio de esta pandemia.

Es tan frívolo e irracional creer que la vida nos reserva algo bueno a la vuelta de la esquina, pues, el panorama es cada vez es incierto y lleno de muchas adversidades. 

Mucho más en mi país donde nada funciona y no se le garantiza calidad de vida  a la humanidad.

Pobres niños que en la inocencia y sintiéndose seguro en manos de sus padres creen que la vida le tiene preparado un porvenir en el futuro.  

 

AMIGO POR UN INSTANTE

Hay personas que pasan por instante en la vida de nosotros que nos hacen tanto bien. Que no existe palabras algunas para decirles mil gracias.

Como si fuera el mismo Dios quien lo puso en camino de nuestras vidas para enseñarnos algo. Para decirnos que no todo es malo.

Mil gracias amigo, por ser ese instante en mi vida y me que hiciste muy bien.

Muy agradecida, por ser ese pedacito de cielo aquí en la tierra. Aunque tu lo vea como algo normal, pero para mí significó mucho.

Muchas bendiciones en tu vida junto a los tuyos. 

Eso me dice que no todo está perdido.

Un despedida gratificante, una amistad de corto tiempo. Es mejor decir adiós. Y pensar en lo mejor que le puede hacer a otras personas.

Y la mejor forma de corresponderte es seguir haciendo el bien en beneficio a los demás.

Podemos hacer el bien.

CRISTAL DE ACERO

Un cristal de acero 

que te punza el corazón.

Duele mucho, y te destroza

muere de decepción.

Hace que recapitule la vida.

Que inicie de nuevo.

con entusiasmo y alegría.

mueres por él.

Un amor que te tira al suelo,

pero te levantas y perdona.

Que rompe el corazón. 

Y sigues allí con más fuerza.

No deja que se marchite la flor

que apenas abre sus pétalos.

Lo dejas volar así te duela.

Regresa y perdona.

Así es el amor que siento

por ese cristal de acero 

que rompe mi corazón

mi hijo bello.

Ven aquí, te espero,

con los brazos abierto

y el corazón remendado

de tanto dolor pero lleno de amor.

APARATOS ELÉCTRICOS

Aparato que se daña en el hogar, se queda dañado, porque el sueldo que ganamos en un mes no alcanza ni para comprar la comida de una semana.

Nevera, aire acondicionado, horno, ventilador, ordenador, licuadora, batidora, microhonda, cocina, lavadora, televisión. Todo los aparatos eléctricos son un cementerio de aparatos eléctricos en un rincón de la casa.

Las amas de casa nos quedamos mirando los aparatos eléctricos esperanzadas que algún día los pueden arreglar. 

Lo más probable es que nunca los vean otra vez funcionando.

IMPOSIBLE HUIR DEL COVID19

Qué terrible es salir a la calle, con el miedo que pueda contagiarte de Covid19. Hoy me pasó... la forma tipo Venezuela. Después de tantos meses reuniendo dinero para poder cambiar la batería del teléfono que está casi que se daña. Pues con el riesgo y todo, salí a comprarla.

Quería ir al centro muy temprano para evitar la aglomeración de gente. Llegué a la parada y toda la calle llena de gente vendiendo y comprando productos. Gente vendiendo empanadas, pastelitos, tequeños, jugos y café. Subo al microbus tratando de mantener distancia pero fue inevitable, ya que de inmediato el transporte se llenó de gente hasta en las escaleras y más allá de las escaleras. Había tanta gente que se acumulaban en la puerta y yo sin poder hacer nada. 

Llego al centro saco mi spray me rocío las manos, pero nada, porque al bajar del microbus rocé con mucha gente, el calor, el desespero por salir, la acumulación de gente, todos pegados...

Caminé a dos distribuidoras de celulares y ninguna tenían la batería, ya eran las 8:40 a.m, me recomendaron dos distribuidoras del mercado, y otra vez en la parada con mucha gente. Y al  llegar al mercado popular  parecía el hormiguero, había muchísima gente, no se podía mantener distancia, era imposible.

Resulta que tampoco había batería, y no saben si traerán así que me quedé sin comprar la batería. En la entrada del mercado hay un toldo donde se rocía a las personas para pasar, en algunos establecimientos te rocían las manos. 

Ya comprando algo para mis hijos encuentro a una compañera de trabajo, que me explica que le dio Covid19 (solo quedamos trabajando en el colegio pocos profesores, a riesgo de nosotros mismos, y los demás si se quedaron en casa, y como el lugar de trabajo es muy cerca de mi casa, acepté a trabajar), y yo me quedé impactada, me explica que le dio fuerte, y que su papá está muy enfermo. Me asusté muchísimo.

Y el resultado para mí es que en este momento tengo alergias, porque de tanto rocíos de desinfectante en las manos y sumándole el rocío de desinfectante del toldo, pues es asma y alergias.aquí se come al día. Diría que la mayoría de los venezolanos vivimos de la economía informal

No se puede evitar que la gente salga a buscar los alimentos del día.

MIS ZAPATOS O TUS ZAPATOS

Si estuviera en mi zapatos no diría que mi vida es fácil. Es mejor quedarse en sus propios zapatos y dejar estar juzgando con las oraciones "pero tu vives mejor que yo" o diciendo "yo siendo tu habría hecho esto o tal cosa"...

Cada quien con sus zapatos, con la talla que le corresponde y las condiciones que se ajusten a su medida. El modelo lo escoge cada quien.

Ni tallas grandes ni tallas pequeñas, sino a la medida. Quizás nos convengan de tacones, marcas o colores, pero que importa si nuestro zapatos están rotos, cosidos o nuevos.

Nos ponemos nuestros zapatos al levantarnos cada mañana y salimos a batallar por la felicidad.

PUEBLO CON EL MISMO PUEBLO

Qué miserable son los gobernantes del país, pero más miserable son el mismo pueblo cuando se aprovecha de la mala situación del país para estafar a la gente inocente.

A diario se ve que el mismo pueblo estafa al propio pueblo. No tienen sentimientos, solo les importa ellos.

Es una estupidez, que ganan si siguen siendo los mismos miserables, porque jamás se van hacer millonarios, y solo queda la mala reputación.

La lucha no es con el mismo pueblo sino con los corruptos. Todo se les olvida.

COSAS DE LA VIDA

La gente cree que porque somos amable y cariñoso, ya somos pendejo... y me disculpa la expresión pero es la verdad.

Cuando ven la parte débil de ese alguien los demás se quieren aprovechar. En ocasiones, se cae en las redes más vil. Pero de los errores se aprende y sirve para no envolverse otra vez en ese vicio.

Sin  dejar de ser amable.

MUERO DE ANSIEDAD

Hoy estoy en uno de esos días que siento tanta ansiedad, porque sé que el mundo necesita de mi granito de arena, sin embargo, estoy encerrada en mi casa cumpliendo la cuarentena.

Con ganas de salir... y preguntándome que hace la gente del mundo en este momento... mejor ni me imagino, pues se me viene a la cabeza varias hipótesis... 

Para lo más cerca, aquí en mi ciudad:

1.- 65 % de las personas están pensando en este momento que van a comer hoy.

2.- 15 % qué medicina es más importante comprar.

3.- 5 % están igual que yo.

4.- 10 % Salen a trabajar.

5.- Y el resto en sus casas, bien sea durmiendo,  haciendo quehaceres cotidiano, sin pensar en nada.

Los únicos que saben que hacer es la cúpula de alta sociedad de este país. Ellos si saben lo que hacen y no les hace falta nada. Lo tienen todo y siguen desfalcando a este país aprovechando la situación de virus infernal.

LA CLAVIJA II

Y que importa, con el tiempo

se acostumbra lidiar con ese dolor

que nos atormenta en un costado.

Está medito allí, hincando, 

cada vez duele, pero que más da

se entierra y se ve la marca.

Es una llaga que desangra.

Se muere, la tercera edad

otra vulnerabilidad en la sociedad,

con conciencia sufren más que

los niños que mueren sin saber nada.

Los ancianos mueren, 

escoria de la vida,

se lo lleva la muerte inesperadamente

y a quien le importa 

si son estorbo de la vida.

Otro olvidado,

después que dio tanto 

a la sociedad, están olvidados.

ni medicina, atención y alimentación.

Experiencia y sabios de la vida,

sin fuerza para defenderse,

es mejor morir, y ¡qué muerte tan lenta!

Dolorosa muerte.

Consciente de la muerte.

En conclusión: de hambre y carencia.

Un pastilla o cucharada de jarabe.

Se va lejos, muy lejos

se ignora, a nadie le importa,

los olvidados, mejor es morir

porque al fin y al cabo

ya están viejos.

Lo dice la sociedad, 

vivió su vida

nada que pedir, nada que desear, 

mueren a mengua,

los sabios de la sociedad.

LA CLAVIJA I

Tanto se hunde en el alma del venezolano
que se queda adentro y duele tanto,
aún así, callados se camina y con fuerza.

Se va enterrando poco a poco, y el dolor persiste
diciendo que todo cambiará.
Sin embargo, está allí adentro
enterrado, y duele, pero no dice nada.

Buscando comida a diario,
en el dolor del hambre y la miseria
llora sin parar en los niños
que no tienen que comer.

Ni un vaso de leche tiene pasar el día
son tratados como escorias
pobres niños que no tienen alimentos
y mueren con la mano extendida
pidiendo migajas.

La impotencia de las madres,
pobre madres que mueren de tristeza;
dan lo que sea por ver la alegría
de sus criaturas.

Es el dolor que lleva por dentro,
en el caminar del día a día,
los ve en las calles, como piden
las madres humilladas por el dolor.
Lloran las madres por sus hijos.

Los niños desnutridos del país,
es la nueva generación,
los que no han tomado un vaso de leche
los que llenan su estómago de lo que encuentren.
Pobres niños son los más vulnerable,
miserable niños venezolanos.

Ni pan, ni queso, ni leche, solo lo que da
la naturaleza un "mango". Y si se consigue,
sino, pasará otro día con el estómago vacío.

GUERRA SILENCIOSA

Que tan difícil es la vida. Por qué se complica tanto las cosas. Por qué los seres humanos la complicamos y se las complicamos a los demás.

Es tan fácil vivirla y ser feliz. Que necesidad hay de ser infeliz. 

Por qué tanto odio, rencor, resentimiento y maldad.

Vivir en paz es lo que nos trae dicha.

Basta con todas las situaciones que llevamos en el hombro para seguir en esta guerra silenciosa.

Es una guerra que llevamos por dentro y que no nos deja avanzar.