Antes de que se disipe este dolor que llevo por dentro y que me ha carcomido durante muchos años quiero expresarte lo que siento. Siempre te quise con toda mi alma y que durante seis años fue difícil digerir que habíamos terminado. Siempre pensé envejecer juntos y que solo la muerte nos separaría. Pero a veces nada es lo que pensamos aún cuando las buenas intenciones están presentes.
Quien tuvo la culpa no lo sé y ya no quiero pensar en eso. Todo quedó en el pasado. Hoy emprendo un nuevo camino y dejó atrás todo ese dolor que una vez me causó. Dejé de odiarte y despreciarte desde el día que salí de cama destrozada por tu desamor. Levanté mi rostro y puedo andar sola. Me costó dos años más aceptar que estaba sola y que ya no estabas a mi lado y un año más para dejar de pensar en ti constantemente.
Cada día te recuerdo y siempre estarás en mi corazón. Contigo aprendí lo que es el amor y el odio. Tus enseñanzas está grabada en mi piel y por mis venas recorre tus palabras. El no llorar delante de los demás, el no pedir perdón, el tener un poco de orgullo, el no dejarse zapatear, sobre todo seguir adelante.
Mis heridas ya han sanado aunque a veces me duele al ver las cicatrices. En los ojos de nuestros hijos veo la bondad y aquello lindo que tuvimos alguna vez. Deseando que también encuentre la paz, la misma que yo encontré.
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