Tu desprecio me hizo sentir minúsculas, sin embargo, me hizo más fuerte. Ya no le tengo miedo a la oscuridad y mucho menos a lo que pueda decir el mundo.
Te juro que nunca pensé sobreponerme y que moriría lentamente como un cáncer que arropando cada centímetro de mi piel. Muchas noches de llantos, mucha tristeza y dolor me decía que no iba a vivir más.
Y los días transcurrieron, y esos días, semanas, de semanas a meses y luego a años y yo seguía sumergida en ese abismo que no me dejaban ver más allá que no fueran tus ojos.
Muchas veces me pregunté cómo lo hacías para superar tal dolor y hoy mi respuesta está servida a la mesa. Y es que nunca me quisiste. De hecho parecía que yo sola estaba en la relación. Un te amo nunca lo escuché. Quizás esté exagerando, es un suponer.
Quien ama defiende lo suyo. Y nosotros no lo defendí. Yo al observar tu desinterés tampoco hicecla tregua. De alguna manera también soy culpable.
Siempre pensé en lo qué dirián la gente si nos separabamos. Y por mucho tiempo soporte muchos desprecios e indiferencia. Ya ni hablar, todo quedó atrás.
Lo que diga la gente me toma sin cuidado. Estoy en paz con el mundo, la vida y conmigo misma.
Caminos separados ya lo tenemos. A pesar de que te extraño, a pesar que estamos lejos y a pesar por todos los años vivimos juntos y dos hermosos hijos tenemos fruto de ese aprecio que nos tuvimos.
Te deseo lo mejor del mucho y muchas bendiciones. Ya no tengo nada que decir sino que consigas la paz que tengo ahora.
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