El pueblo humilde, los que vivimos en los barrios y caseríos, estamos aquí padeciendo de ansiedad, nostalgia, miedo, angustia y peor aún sin dinero para comprar alimentos... y adivinando lo que pueda pasar en unos días.
Fallando con mucho más frecuencia la señal de internet, no es fácil comunicarse, parece que utilizaremos señales de humo.
No es fácil predecir lo que se nos viene encima.
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Hogareña
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