Oye que cosas de la vida, las cartas están cayendo lentamente. Poco a poco, se voltean algunos miembros del gobierno. Uno más que otro insolente que de alguna manera nos amargaron la vida... ese algún momento, claro... como lo hizo Ortega Díaz. Ahora dice que no está de acuerdo con Maduro desde el año antepasado. Pero todos sabemos cómo ésta señora "cómo nos amargó la existencia", pues, el pueblo no olvida.
A pesar del pasado, es bienvenida su nueva visión, quizás porque está viendo a pique la revolución y no le conviene seguir de ésta manera, o tal vez, se humanizó con el pueblo. Más adelante, veremos que es lo que está buscando. Todavía mucha gente es incrédula y dicen que es una arpía y que hay algo oculto en ésta mujer, puede ser que es la carta escondida de Maduro, ya se sabrá.
Otra carta de Maduro que cayó sin más nada es el mayor general, éste señor que tanto daño hizo al pueblo, más rico que los propios empresarios que se mojaron ese rabo para sacar adelante su empresa y darle empleos a cientos de familias. Y él con sólo estar en ese cargo hizo lo que le dio la gana. Es un misterio que a lo mejor no descubriremos jamás.
Será que la carta que tenía bajo la manga como fue lanzar la Constituyente, que a lo mejor pensó sería una estrategia para seguir en el poder, lo que hizo fue hundirse cada vez más. Ahora los suyos, sus más íntimos se están revelando. Así como habla, así mete la pata, porque razón inventaría la Constituyente, si hubieran pensado un poco hubiesen utilizado otra estrategia menos corrupta.
¡Quienes más le darán la espalda, porque lo que viene es caída libre! Y claro no todos van a caer con él, porque a esos "todos" son traicioneros, son infieles y estarán con los que tienen más poder. Y aún así, todavía el gobierno tiene muchísimo poder, un poder poco sostenible.
Escribe Hogareña
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