TE DIGO ADIÓS
Lo más difícil es decir adiós.
Decir a adiós a ese alguien
que nunca fue tuyo.
Aún sabiendo que nunca lo será.
Pero duele mucho, decir adiós.
Mis lágrimas ruedan por mis mejillas,
y mi corazón se pone muy chiquito,
al decir adiós a ese alguien que nunca
ha sido y lo será.
Sigo llorando, y el nudo en la garganta
se desaparece lentamente, y el dolor
se desvanece lentamente, al resignarme
que nunca fuiste mío.
Te recordaré, y seguirá doliendo,
hasta que el tiempo diga que es hora
de continuar.
Pero hoy, mis lágrimas limpian mi dolor
muy sutil y frágil hasta poder
levantarme otra vez, aunque siga doliendo.