OBSESIÓN

La obsesión es un plato agridulce,

que se disfruta con amargura. 

El plato más dulce y sutil 

que raspa la garganta.

Escribe Hogareña

UNA PEQUEÑEZ

Un momento de paz, parece la eternidad

que se aprovecha hasta el último minuto.

El universo parece una pequeñez,

ante el amor.

Escribe Hogareña

LA FELICIDAD EN LA TRISTEZA

Cuando la tristeza abraza mis sentimientos, allí están mis hijos bellos y hermosos. Ser madre es el don más bonito que una mujer puede tener. Son mi felicidad.

Cuando de felicidad se trata, no hace más falta en la vida que la familia. Es la base de cualquier cosa en el mundo. A pesar en la tristeza más vil, allí están los seres más queridos de la vida.

Escribe Hogareña

FELIZ NAVIDAD

Escribe Hogareña

FELIZ NAVIDAD PARA TODOS

Escribe Hogareña

LA FELICIDAD EN EL TIEMPO

El tiempo corre y la vida sigue,

con tristeza o alegría, el reloj no se detiene.

Buscando la felicidad,

a pesar que la felicidad está en uno mismo.

Hurgamos entre piedras y montañas

y nada encontramos.

Cuando nos damos cuenta,

nos venció el tiempo.

Las canas, las arrugas, la lentitud

luchas consigo mismo,

más que el mundo entero.

Y nos damos cuenta, que la felicidad

estaba en dentro de nuestro ser,

pero es tarde, porque el tiempo llegó.

los recuerdos nos acompaña y se vuelven borrosos

y no nos queda más que deambular entre indecisiones.

Nacen nuevos capullos, buscando la felicidad 

como lo hacíamos alguna vez,

pero es imposible enseñarles, que la felicidad es uno mismo.

Prefieren tropezar una y otra vez la misma piedra

para luego darse cuenta, que teníamos razón

pero es tarde porque el tiempo llegó.

El mejor aliado y el peor enemigo.

Nunca perdona.

y que no aprovechamos de ser feliz,

pues, te lo cobrará el tiempo.

Escribe Hogareña

DESPUÉS DE LOS SAQUEOS

Escombros fue lo que quedó después de los saqueos. Muchos comerciantes tratando de limpiar los locales, mientras los chinos sólo cerraron las puertas y se marcharon.

Ayer sólo tomé el autobús a ciudad Guayana y compré lo que me hacía falta. Nada fácil les diré, pero pude comprar algunos víveres para pasar las navidades. Por lo menos tengo familiares allá que me apoyaron en movilizarme de un lugar a otro.

De regreso, la gente me miraban asombrados preguntándome en dónde había comprado tal producto. Pero cuando le respondía que en ciudad Guayana sus rostros se languidecía.

Las navidades las pasaremos en casa como todos los diciembre, pero ésta vez con más tristeza que el año pasado. Si el 2015 pasado fue un año terrible, pues éste año es peor. Y ni siquiera puedo imaginarme cómo será el 2017.

Con mucha decepción, tristeza y con el nudo en la garganta que nunca se quita. Pero no como mi amiga que hace días me dijo "quiero que me lleve el infierno de una vez por toda".

Escribe Hogareña

DESPUÉS DEL SAQUEO EN CIUDAD BOLÍVAR

Fue una tortura salir a comprar vegetales y solo encontrar desastre en la ciudad. Lo que gané en el paseo fue un picazón de ojos y garganta. Mi hijo menor llorando porque le picaban los ojos y yo culpable (gas de las bombas lagrimógenas).

Lo único que pude comprar fue medio cartón de huevos a un precio exageradamente elevado. 

Los saqueos solo provocaron una ciudad en ruinas y más miserias.

Los gobernantes siguen en sus puestos, porque nadie los va a sacar de allí y nadie se hace responsable de nada.

Los chinos se marcharon ayer en caravanas con la promesa de no regresar jamás y los comerciantes venezolanos llorando sus desgracias. Locales totalmente destruidos.

¡Es como si otra maldición aún más grande recayera sobre nosotros! Todos deambulando de un lugar a otro sin poder encontrar nada. Todo de película de ficción.

Escribe Hogareña

CIUDAD BOLÍVAR SITIADA

Hoy todo el día sin internet porque supuestamente estaban revisando los vídeos, fotos y mensajes de las redes sociales o a lo mejor querían callar a la ciudadanía.

Tres días de zozobra y de angustia vivimos los bolivarense. Entre tanta especulaciones y el temor de que nos pasara alguna desgracia. Reguardado en los hogares de las constantes amenazas de que iban a saquear las casas.

Al final del túnel, se descubrió la verdad. Organizaciones mafiosas, fueron los que provocaron diversos saqueos en toda la ciudad. Lo cierto es que la ciudad quedó destrozada.

Con mucha tristeza porque de alguna manera teníamos los alimentos brasileros (con precios muy elevados, pero lo teníamos), ahora nos quedamos con una mano atrás y otra por delante.

El gobierno como siempre no pudo controlar tal situación que fue calificada peor que el caracazo.

Los rumores dicen:

1.- El estallido se produjo por el hambre del pueblo sumado a que los comercios no querían aceptar los billetes de cien. Pues se ensañaron con los chinos quienes corrían y lloraban. Tampoco se salvó los comercios grandes como el diamante, el gran baratón y otros. Las farmacias y repuestos de autos, charcuterías, panaderías.

2.- El pueblo está cansado de las estupideces del presidente. Las veces que habla el presidente la gente se enaltece y da mucha rabia. Están cansados de sus tonterías.

3.- El presidente y el gobernador siempre fueron enemigos, ellos son puras apariencias. Y cuando Maduro dio marcha el Arco minero, el gobernador se molestó, porque para nadie es un secreto que este gobernador es la cabecilla de los pranes que se maneja en las minas. Y dio autorización para saquear a las ciudades más importantes del estado Bolívar y que para enseñarle al presidente quien manda. Pues y se demostró que estas organizaciones son las que manda.

4.- El gobierno están provocando tal situación para declararse dictadores de una vez. Porque ya no tienen otro camino, cada día el pueblo está convencido de salir de éste tormento. Y el gobierno quiere seguir en su poder cueste lo que cueste.

5.- La culpa es de Estados Unidos que quiere el petróleo venezolano. Según y que Obama le queda pocos días en su mandato y que está frustrado y está metiendo su mano peluda para robar el petróleo.

6.- La oposición son cómplices de la nefasta destrucción. Quieren llegar al poder, provocando que los venezolanos nos matemos unos a los otros.

En los saqueos llegaban camiones repletos de gente y comenzaban a tumbar las santa marías, allí se sumaban los transeúntes quienes colaboraban a tal desgracia. Los camiones con su gente se iban para otro local y así continuaban.

Como ya no queda comercio sin ser saqueado en la ciudad, entonces, empezarán con las casas por orden de las organizaciones, es por esos que en muchas casa la gente a echo barricadas y anoche durmieron armados en los techos de sus hogares. Todos los vecinos unidos. Todavía estamos en eso. Varias residencias saqueadas se han reportado durante la noche y estamos alerta.

Escribe Hogareña

EL CAOS

Qué locura la de ayer. Todo el día escuchando helicópteros por todas las avenidas, patrullas y el ejército por todos lados. Gente corriendo y bombas lagrimógenas en el ambiente. Negocios saqueados y gente detenidas y otras cargando mercancías a un sitio sin punto. Es lo que provocó tal decisión del presidente al dar sólo tres días para depositar el billete de cien.

Muchos supermercados no querían aceptar los billetes, pues esto llevó a que el pueblo se enfureciera de la impotencia, sumado a que los bancos bancos tampoco lo querían recibir.

Todo el interior del país saqueados por el pueblo, mientras en la capital el presidente celebraba no sé que cosa. De verdad, que es insólito. Lo cierto, es que han muertos muchos ciudadanos. Ahora quien es culpable de éstas muertes. 

Entonces anoche, el gobierno como se dio cuenta que oprimiendo al pueblo no conseguía nada, y que de alguna forma que ya estamos cansados de su patraña y sus tonterías, lanza una prorroga de entregar los billetes de cien hasta el dos de enero del 2017.

Primero oprime, hace que el pueblo salga a la calle y se desboque con lo único que sabe que hacer. Para luego, retroceder en su decisión y decir que tenemos oportunidad de entregar los billetes hasta el dos de enero. 

Ya estamos cansados de un gobierno que solo hace improvisar y que en su experimento salgamos perjudicado, llegamos a nuestro límite. 

Escribe Hogareña

MÁS MISERIA

Maduro dice que le tengamos "comprensión" y después declara "que la recolección de los billetes de cien fue un éxito". Qué estupidez la de éste tipo (y no crean que está loco ese sabe lo hace, en su mente diabólica tiene un plan bien ingenioso). De verdad que los venezolanos llegamos a lo más bajo. Haciendo lo que dice el gobierno, metidos en inmensas colas para depositar los billetes de cien, somo marionetas de sus locuras.

Y lo más triste es que muchísimas personas se quedaron con esos billetes en casa por no llegar a entrar en el banco. En tres días no se llega a recolectar tanta cantidad de dinero en todo el país.

Ahora con la ausencia de liquidez, los venezolanos nos encontramos en una encrucijadas sin saber que hacer. Nos estamos matando unos a otros (saqueando y robando), mientras Maduro en Miraflores tomando café, sentado en su sillón con su aire acondicionado para que no le de calor, riéndose lleno de felicidad.

La pregunta es ¿Qué hay detrás de esa decisión de Maduro? Porque, nadie se cree eso que hay mafias en las fronteras del país haciendo negocio con el bolívar venezolano. Todo el mundo sabe que el Bolívar no vale nada. ¿Qué carrizo quiere ocultar el mandatario dentro de tal maléfica decisión?

De verdad que no le importa la vida de su pueblo, él está allí sólo por él y su grupito de compinche. No le importa que estemos sufriendo y nos hace sentir miserables. Ante los ojos de él pienso "parecemos animales salvajes que necesitamos ser domados, somos pocas cosa para él, qué le importa la vida del venezolano, si suframos o no" Pues, no vela por la seguridad de su pueblo.

Qué le importa a ésta gente que llevamos más de tres años haciendo cola para comprar productos y que ahora en vez de pasarla bien en éstas Navidades,  aunque sea un ratico con nuestros familiares, ahora nos viene con ésta miserable decisión. De verdad que me recordó a esos imperios chinos donde muchos dictadores mandaron a matar a su propia gente sin importarles sus vidas, a Lenín, Hitler y otros más que mataron a tanta gente porque para ellos la vida del ser humano no vale nada.

Tanto aguante tiene los venezolanos para soportar muchísima miseria. Hasta cuando nos dejaremos humillar, cuando alzaremos nuestras voces para hacerlas sentir, hasta qué límite somos capaces soportar.

Escribe Hogareña

LA POBREZA EN EL HOGAR DEL VENEZOLANO II

Un par de señores de tercera edad se monta en un microbús, uno como de setenta y seis años y la doña como sesenta y dos. Yo en el puesto de atrás. La doña le decía al don:

-          Vamos a bajarnos en éste supermercado haber si logramos de comprar un paquete de arroz

El don le respondió

-          No pudimos comprar nada allá que pasamos toda la mañana menos aquí… vamos a casa estoy cansado

-          No viejo, entonces, que vamos a comer ésta noche

-          Tengo hambre

Eran como las tres de la tarde y presumí que ni siquiera habían desayunado.

-          Aguanta viejo que vamos a llegar

No solo yo los miraba sino también los que se encontraban a los alrededores. Unas señoras atrás se preguntaban que en dónde se encontraban sus hijos y que porque dejaban que los par de ancianos transitaran en autobús.

-          Está bien vieja…

La doña sacó unos billetes en el fondo del sostén, los contó varias veces y se decía a sí misma “Dios has que podamos comprar”. El don la miraba con ternura y se pasaba la mano por la cabeza.

-          Viejo, aquí sí vamos a comprar ya verás.

-          Dios lo permita, Dios lo permita… estoy cansado…

-          Si tuviera algo más de dinero compraría arroz brasilero.

Ya en la esquina en dónde tenía que quedarme, pedí parada… me bajé con mis hijos y delante de mí los ancianos. El don con un bastón, y la doña como podía lo guiaba para atravesar la avenida. Los ayudé para que cruzaran y más adelante el comercio abarrotado de gente.

-          Creo que no vamos a comer esta noche –repetía el don

-          Claro que sí mijo, ya verás que sí vamos a comprar

Mucha aglomeración de gente en el supermercado, empujándose de un lado a otro sin piedad.

-          Ésta cola es peor que la otra… mejor nos vamos…

-          Vamos acercarnos, de repente alguien se apiade y nos deje pasar.

Los perdí de vista cuando trataban de hablar con un militar enfurecido.

 Escribe Hogareña