Es tan difícil dar clases online. Los niños siempre tienen preguntas que no se puede contestar. El aprendizaje es incompleto.
Por otro lado, si a los profesores se les daña el teléfono, pues nadie se hace responsable en pagarlo y con la miseria de sueldo que tenemos, pues no nos alcanza para comer ni para tres días. Nos quedaríamos sin nada.
Y sin hablar de las exigencias que nos piden cada día.
¡Dios cuando se va a terminar todo esto!
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