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domingo, 20 de agosto de 2017

 TERMINÓ ASÍ


Una luz en tus ojos me deslumbró
Aún así me quedé callada
Como si no hubiese sucedido nada
Seguí de largo
Y él tampoco dijo nada.

Aunque quise decir algo
Y él también

Dejamos todo en el olvido
Con el palpito de dolor en alma.


Escribe Hogareña

viernes, 11 de agosto de 2017

¡CÓMO PUEDE SER!

No es que no tenía internet, no es que estaba enferma o que haya sucedido algo diferente a las rutinas y cotidianidad de mi vida (bueno o malo), sino es que todavía estoy en shocks, con tantas cosas que sucede en el país.

 Es una locura, que entre tanta falsedad caemos en los errores, ¡cómo puede ser!




 Escribe Hogareña

domingo, 6 de agosto de 2017

??? VENEZUELA???

Mientras pasan los días se vuelve más hostil mi país. Cada día se hace más difícil entender a dónde nos están llevando... les confieso que por primera vez tengo mucho temor... y lo más irónico es que no soy la única, todos estamos así...

No sabemos que podrá suceder mañana o pasado mañana pero ésta tensión es irremediable evitar.


Escribe Hogareña

jueves, 3 de agosto de 2017


Es que no se ha dicho que fueron transparentes, sino, que “se impone que se impone” y lo demás es cuento… porque son más arrecho que los demás.

Escribe Hogareña

martes, 1 de agosto de 2017

¡Cónchale vale!... es como una película que ya vimos, pero nos hacemos los tontos o no recordamos las escenas... acaso no sabían lo que venían... pues yo sí y dije:

- Ya verán... después de la constituyente, porque sea como sea se va dar, pues, ésta gente tiene mucho poder todavía y hacen lo que le da la gana sin ni siquiera importar la vida humana... y después de darle casa por cárcel... volverán a detenerlos...

Y así fue...

Entonces, porqué se asombran y no lo creen... y eso que no soy bruja... es cuestión de lógica y analizar el panorama.


Escribe Hogareña

RECUERDO III


Una vez la abuela nos fue a visitar, mi madre había cocinado espagueti y me mandó a comprar una pequeña barra de margarita (tenía como ocho años más o menos), recuerdo que mis hermanos y yo nos pelábamos por quedarnos con la envoltura de la margarina y así lamerla.

La abuela con sus ojitos risueños fijos en nuestros alborotos nos decía, cuando yo era niña como ustedes íbamos la bodega a comprar papeleta de café, podía ser una cucharilla, dos o tres cucharilla de café. Lo comprabas en leche, arroz, harina o lo que sea, claro nosotros, nos reíamos de sus historias, porque los alimentos que tomábamos venían en latas y por kilos.

Y no sé porqué en estos meses recuerdo mucho a la abuela, la tengo muy metida en mi corazón y cuando salgo a la calle la veo en cada rostro que camina por las aceras languidecidos y tristes, viviendo en la decadencia y deseando que su suerte fuera otra.

Se venden las “téticas” en los buhoneros, las llamadas téticas son cinco o seis cucharadas de leche, arroz, harina, café, detergente o lo que sea; solo para comer al día y liberar un poco los bolsillos de los venezolanos por lo menos y mañana sea lo que Dios quiera.

Los únicos que salen ganando son los buhoneros, que le sacan más ganancias de las que deberían, pero quien controla tanta inflación e imposibilidad de comprar los alimentos. Al fin y al cabo, abuela tenía razón y no era una exageración lo que nos contó una vez, la estoy viviendo en carne propia y tendré que contarles a mis nietos algún día.


Mi padre nos compraba dos latas de leche cada quince días, recuerdo que nos compraba la marca “La campesina”, caramba cómo nos gustaba esa marca, y el "toddy o el taco" como nos gustaba hacer bebida achocolatada con galletas maría o club social (eso era la merienda nada más), ni hablar de los helados que nos compraba mi padre en los fines de semana, a veces llegaban mis tíos y nos compraba hasta tres helados en un día, mientras ellos hacían una tremenda parrilla que hasta los vecinos venían a comer, y eso que no éramos ricos, porque antes hasta el más pobre tenía asegura sus tres comidas diarias con sus meriendas, eso sí que era vida. 

Hoy en día mis hijos toman lo que consigamos y de vez en cuando. Almorzamos con carne pero cenamos solo verduras. Y hay que tener una bola de billetes para poder darnos gusto en algo mínimo (quizás una mayonesa, salsa de tomate, queso amarillo o jamón). Siempre estamos atormentados pensando qué carrizo vamos a comer mañana y pobre de mis hijos que se sientes seguros que los voy voy a proteger del mundo y que le estoy dando lo mejor, llenándome de ira y mucha rabia por no poder ayudarlos.


Escribe Hogareña

domingo, 30 de julio de 2017


Cuando pensé que Venezuela había llegado a fondo, pues, resulta que ahora es que falta llegar más hondo. Ahora es cuando. Hasta dónde podremos soportar.


Escribe Hogareña

sábado, 29 de julio de 2017

MAÑANA: LA NUEVA CONSTITUYENTE

Y como todo tiene su final, entonces mañana se impone la nueva constituyente, que tanta controversia ha ocasionado en el pueblo y arrastrado sangre venezolana (muchas vidas se perdieron) sin necesidad o más bien por decisiones equivocadas.

Los esfuerzos parecieran no valer la pena (meses de protestas) y pese a las consecuencias el gobierno quiere imponerse en ésta batalla.

Cuáles serán los nuevos lineamientos después del lunes. Porque comienza un nuevo ciclo, una nueva lucha.

El pueblo está desanimado pierden las esperanza deseando que ocurra un milagro. Y eso que se ha hecho hasta lo imposible para evitar lo que tanto temían.


Mañana, es el comienzo de un final…


Escribe Hogareña

RECUERDO II



La abuela planchaba la camisa del tío Federico, que le gustaba que tuviera filo, así que le roseaba agua con almidón, los filos de las camisas y pantalones le quedaban impecables, para luego acomodarlas en ganchos, y ser guindada en una cuerda en la esquina de la habitación en donde nosotros dormíamos cuando íbamos de visita.

Cuando la abuela se preparaba para planchar en aquella mesa de madera rústica y plancha desgastada bien caliente y se la pasaba a la tela arrugada, ésta quedaba bien estirada, como nueva, mientras el olor del vapor se esparcía a los alrededores con un olor a lavanda. Era allí justamente cuando la abuela nos contaba algunas historias de su niñez para pasar el tiempo.

Recuerdo que nos dijo “cuando cayó la dictadura las calles se emanó de alegría, la gente corría de felicidad de un lado a otro, de las casas sacaban fotografía, libros y toda clases de cosas que tuviera que ver con el dictador y las colocaron en medio de la calle y las quemaron, creo que esa fue la primera vez que vi a mamá y papá tan feliz. Los vecinos y más allá del otro poblado reían, fue una lucha larga que derramó mucha sangre inocente”.

La abuela tomaba un poco de agua fresca que tenía a un lado de la ropa, y volvía a decirnos “claro había unos que lloraban, pero eran muy pocos los bocones, eran aquellos que nos delataban si nos reuníamos en algún lugar para conversar, porque hasta eso nos tenían prohibido, porque el dictador pensaba que estábamos confabulando contra él, pues, él creía que todos éramos sus enemigos, las cárceles se llenaron de gente y los torturaban, fue una época que ojalá el país no la vuelva a vivir nunca más”.


Para ese entonces, no entendía las historias de la abuela, todo me parecía de ficción y terror; y claro, apenas era una niña que no entendía a la sociedad. Hoy día se me viene a la mente todas sus historias y conjuro que la abuela vivió lo mismo que estamos viviendo, con la única diferencia que en ésta época.


Escribe Hogareña

jueves, 27 de julio de 2017

TRES DÍAS...


¡Oh Dios! sólo faltan tres días, tres días cruciales para los venezolanos, donde se encaminará el destino de Venezuela. El mundo está a la expectativa pero no tanto como el mismísimo pueblo. Se nota en el rostro de cada ciudadano que se ve en la calle.

¡Qué pasará mañana y pasado mañana! quizás a lo mejor no pase nada... y sigamos el rumbo hacia la perdición o habrá un cambio, el cambio que todos queramos... ya veremos...



Escribe Hogareña

RECUERDO I


Entre mis recuerdos de niñez están los cuentos de mis abuelos; y en uno de esos que se me quedó grabado para toda la vida era el hambre que pasaron de niños cuando la dictadura los golpeo con tanta fuerza y tristeza.

Recuerdo que mi abuela decía “mi mamá hacía sopa, tres topochos en una inmensa olla repleta de agua y con aliños, varios huesos de red, que se cocinaba muy bien en leña con un poco de orégano y culandros. Su madre como muy buena administradora, después que bajaba la olla del fogón sacaba los huesos para hacer otra sopa para otra ocasión, y con esos huesos hacían hasta cinco veces sopa”.

En mi imaginación de niña pensé que a lo mejor mi abuela era exagerada, cómo podía ser verdad si apenas podía escribir su nombre. Tenía que caminar muchos kilómetros a pie para llegar al pueblo más cercano y comprar algunas telas que hacían falta para hacerse una falda, porque las verduras y los aliños  los obtenían del conuco que ella misma con otras mujeres sembraban en el amanecer.

Hoy en día, ya esa leyenda que era mía, resulta que es verdad, pues, ya he visto muchos hogares que sacan los huesos de la sopa para dejarla para otra sopa, que sólo comen una vez al día y que la dieta alimenticia es cazabe y un huevo diario si acaso.


¡Cómo llora el pueblo por el hambre, cómo se lamenta el pueblo añorando aquellos días que ser pobre era comer arroz con caraota, dos huevos fritos y ralladura de queso para el almuerzo y el desayuno y la cena era arepa con que so rayado y una taza de café con leche. 

De niña nunca me faltó las acostumbradas arepas con queso, las domplinas o los panes, ahora soló cenamos y desayunamos arroz con un poco de mantequilla. Y por lo menos desayunamos, quizás hacemos más sacrificio porque tengo los niños todavía pequeños.

El sueldo no nos alcanza para nada. Y mi padre nos mantuvo con su sueldo de soldador (nosotros éramos en total ocho personas en casa), hizo su casa y mantenía a mi abuelos. Resulta que hoy en día  para mantener una casa tiene que haber tres o cuatro sueldo, solo para comer.


Escribe Hogareña


lunes, 24 de julio de 2017

LA SUMA DE LA MAYORÍA

¡Hay caramba!, hoy es lunes y solo faltan días para la constituyente. Y a pesar de que algunos sectores de la población saben lo que quieren, se encuentra otra parte que están confundidos y no saben qué hacer.

Los del gobierno irán a ejercer su voto.

La oposición seguirán en la lucha en contra de la constitución.

Y el otro sector, que está indeciso, que no saben si ejercer su voto, o quedarse en casa. Salir a la calle a sumarse a las marchas o esconderse diciendo entre piernas que está a favor  del gobierno.

Pero es en ese sector donde está la suma de la mayoría. Es a donde los dos grupos quieren llegar, y es lo más difícil de convencer.

El miedo los agobian, es por eso que no va por el uno ni por el otro, a pesar que más allá de su verdad se encuentra sus sentimientos y desean hacer lo correcto. ¡Y cómo hacer lo correcto!, pues el miedo está que si hacen lo correcto podrían perder mucho más que la soberanía. Hacer lo correcto sería levantar a Venezuela de la miseria.

Y es ese sector los más golpeados y vulnerables de la sociedad, fácil de manejar y llevarlos a la deriva para antojos de quienes les llevan primero.
Escribe Hogareña
 
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