TREMENDA CAÍDA
Anoche me caí, y el dolor fue tan grande que pensé que me llevarían al hospital. Por Dios un hospital sin medicamentos y sin ni una jeringa, y lo peor es que está contaminado en todos los sentidos, no solo de covid 19, sino de paludismo, dengue y algunos casos más extremos.
Pasando mi dolor en el suelo le dije a mis hijos que de dejaran allí un rato, mientras pensaba a dónde iría, con qué compro las medicinas. Pues como trabajo en un colegio privado y e pagan por hora, no cobré el mes de agosto.
Pensé en mis hijos, si tenía las caderas fracturadas con que carajo iba a pagar el tratamiento si no tengo ni siquiera para darle una buena alimentación a mis muchachitos. Todo me pasó por la mente en un instante. Y unas lágrimas me salió de mis ojos y no era del dolor sino que el mundo me pasó en un santiamén.
Los venezolanos tenemos prohibidos enfermarnos y que nos pase algo malo.
El lunes empiezo a trabajar en el colegio. Comienzan inscripciones, y me llamaron para apoyar, no es obligatorio, es una decisión que tomé yo misma, y todo por querer cobrar este mes algo de dinero.
Le pido a Dios no contagiarme, pues sufro de asma, aparte de anemia crónica. Me voy y vengo caminando, y los representantes se atenderán con citas, con todos los protocolos habido y por haber... mi Dios te pido no contagiarme.
Me levanté del suelo después de 15 minutos y me duele las caderas, tomé una pastilla y seguí. Gracias a Dios que solo fue un golpe... ojalá que cuando tenga más años encima no vaya a tener alguna consecuencia de esta situación.