UN DOLAR Y MEDIO
La verdad verdadera, tipo venezolano, sin mentira ni jodedera, y la pura realidad, sino se lo puede preguntar a cualquier venezolano que viva en este país. Bueno, en realidad, es que me da pena decir cuánto percibo de salario.
Es una gran vergüenza y gran impotencia. Dan ganas de llorar, aunque he visto en el rostro de mis compañeros de trabajo que cuando le dan el recibo, pues sus ojos de ponen agua, y algunas lágrimas ruedan en sus mejillas.
Pero viene el más jodedor y dice, ya voy a comprar una malta y una galleta y se va la quincena, porque eso es lo que vale quince días de trabajo fuerte de muchos profesionales.
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