Tantos días sin pasar tiempo en mi blogger, y esta vez es porque ya no soy completamente hogareña sino profesora. A pesar de mi Post Grado y dos carreras diferentes, disfrutaba mucho ser hogareña. Ya que el sueldo de mi esposo alcanzaba como para dedicarme completamente a la crianza de mis hijos. Comencé a trabajar a los diecisietes años y estudiaba a la vez pero después que formé mi hogar dejé de trabajar.
Y menos mal que estudié, gracias a Dios, a mis padres, familiares y personas más allegadas. Eso me ha servido hoy en día, en que puedo dar clases de bachillerato a uno de mis hijos. Pues no hay profesores. No vale la pena dar clases porque el sueldo no alcanza ni para comprar un kilo de arroz, es mejor ser buhonero o comúnmente llamado bachaquero, irse a las minas o del país.
Muchas instituciones no cuentan con profesores suficientes para cubrir todas las asignaturas, y en donde estudia mis hijos no escapa de tal realidad por lo que tuve que acceder para dar clases.
Eso me ha traído muchas responsabilidades en el lugar de trabajo, llego a casa como a la una y media, y en tardes le dedico a la costura.
Por lo que he tenido internet todos estos días pero el enseñar como los trabajos extras me ha quitado mucho tiempo. Me acuesto cansada y me levanto más cansada.
Y la labor como madre y hogareña se acumulada cada día más.
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Hogareña
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