Como llueve,
y no deja de llover
se despierta la nostalgia.
La corriente sigue su curso,
así como el tiempo.
El cielo grisáceo
y las gotas de agua rosan en la piel.
Se mueve los árboles
y es frío viento que estremece el día
aún en el ventanal se pierde la mirada en los recuerdos.
Escribe Hogareña
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